LA ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO MARTIANO
Dr. Néstor García Iturbe
La obra de José Martí, reflejo de su pensamiento político, además de ser versátil puede considerarse extensa, tomando en consideración que el Maestro muere a la edad de cuarenta y dos años, relativamente joven, pero su característica de escritor incansable le permitió dejarnos un rico legado, que ha sido de gran importancia para que las generaciones que le sucedieron se prepararan ideológicamente para la lucha inclaudicable por la independencia de nuestra patria.
Martí se muestra como un hombre que manifiesta su preocupación y amor por los niños en las páginas de La Edad de Oro; nos traslada la fuerza con que amó cuando leemos sus cartas y versos a las mujeres que compartieron su vida; nos contagia con su fervor revolucionario y sus principios inclaudicables por llevar adelante una lucha en condiciones difíciles donde cualquier sacrificio es poco por la libertad de Cuba; nos enseña a conocer a nuestros amigos y a nuestros enemigos, a situarnos con los pobres del mundo y a cuidarnos de ese poderoso vecino en cuyas entrañas vivió.
Precisamente, la idea central de esta investigación se refiere al análisis del pensamiento martiano para resaltar la actualidad del mismo. Mostrar no solo la vigencia, sino también resaltar la trascendencia de sus ideas y la visión de futuro que el mismo tuvo, además de poder establecer claramente que nuestra patria sigue teniendo el mismo enemigo contra el cual él luchó y que esa lucha, aunque ha cambiado en la forma, mantiene su contenido.
José Martí llegó a conocer profundamente la característica e idiosincrasia del norteamericano, su pragmatismo e individualismo; la permanencia en los Estados Unidos, primero por períodos cortos en 1875 y 1880, para posteriormente residir en dicha nación desde 1881 hasta 1895, le permitió profundizar en el domino de este aspecto que reflejó de la siguiente forma:
"De raíz hay que ver a los pueblos, que llevan sus raíces donde no se las ve, para no tener a maravilla estas mudanzas en apariencias súbitas y esta cohabitación de las virtudes eminentes y las dotes rapaces. No fue nunca la de Norteamérica, ni aun en los descuidos generosos de la juventud, aquella libertad humana y comunicativa que echa a los pueblos, por sobre montones de nieve, a redimir un pueblo hermano, o los induce a morir de haces, sonriendo bajo la cuchilla, hasta que la especie se pueda guiar por los caminos de la redención con la luz de la hecatombe. Del holandés mercader, del alemán egoísta, y del inglés dominador se amasó con la levadura del ayuntamiento señorial, el pueblo que no vio crimen en dejar a una masa de hombres, so pretexto de la ignorancia en que la mantenían, bajo la esclavitud de los que se resistían a ser esclavos”.
En este párrafo, Martí señala la importancia de analizar profundamente las acciones del pueblo norteamericano, descubrir el verdadero propósito de estas, como él plantea y es necesario hacer en la actualidad, para poder sopesar no solo las posibles virtudes de ese actuar, sino también los peligros que el mismo encierra.
Pudiera ejemplificarse lo señalado por Martí y su vigencia en nuestros días con las acciones que el gobierno de los Estados Unidos ha llevado a cabo contra nuestro país como parte de la política establecida en la Ley Torricelly y en especifico el Carril II de la misma. Las característics y consecuecias para nuestro país de la Ley Helms Burton La promoción de toda una serie de acciones donde supuestamente se trata de promover el intercambio académico o la "ayuda desinteresada" para el desarrollo y fortalecimiento de un grupo específico de organizaciones de lo que Estados Unidos denomina “la sociedad civil”, la llamada “disidencia”, no tiene otro propósito que fomentar la subversión interna y tratar de divorciar los intereses individuales de los intereses colectivos de la nación, dividir para debilitar.
Otro aspecto señalado por Martí en el párrafo analizado se refiere a un tópico que también mantiene su actualidad, la discriminación racial y el tratamiento que la nación norteamericana le da a sus ciudadanos negros. Martí señaló como a pesar de los Estados Unidos haber obtenido su independencia de Inglaterra y haber adoptado una Constitución en la que se proclamaba la igualdad para todos los hombres, se mantuvo la ignominiosa institución de la esclavitud. Este aspecto mantiene también su actualidad, de una forma mas solapada, pues se proclama la igualdad de derechos para todo ciudadano norteamericano, cuando en realidad siguen existiendo diferencias sustanciales entre los ciudadanos de primera categoría, los blancos y los de segunda categoría, donde si incluyen los negros, otros ciudadanos de origen latino, asiático, árabe y todo aquel cuya piel tiene una pigmentación distinta a la de los de piel blanca, incluidos los indios, descendientes de los primitivos habitantes de esa nación.
Las mejores casas, las mejores escuelas, los mejores hospitales, los mejores medios de transporte, los parques más bonitos, las mejores bibliotecas, los mejores teatros, el nivel de vida mas alto no está en Harlem; en la zona negra de Brooklyn y Jamaica, tampoco en los barrios latinos de New York, Chicago, Boston o en Washington, la propia capital. No se encuentran en los barrios asiáticos de Philadelphia y San Francisco; allí solo puede encontrarse la pobreza, el crimen, la droga, los peores servicios a la población, casas semi destruidas y todo un sistema social estructurado para destruir a sus moradores. La discriminación se mantiene, ahora la barrera para separar blancos de negros no esta formada por cadenas de hierro; la cortina de dólares ha resultado mas fuerte, duradera y eficaz.
Otro tema tratado por Martí en sus múltiples escritos y que mantiene actualidad es el referido a la existencia en nuestra patria de un partido único, el Partido Comunista de Cuba, como también fue un partido único el Partido Revolucionario Cubano que él fundó; sobre este aspecto escribió:
“El Partido Revolucionario no tiene una sola raíz, sino todas las raíces que le vienen de la unanimidad del deseo de independencia en las comarcas varias donde anhelan por ella, con entusiasmo renacido, los cubanos. La fuerza y la victoria del Partido Revolucionario están en el acuerdo entre sus propósitos y métodos con la situación actual del país... en la concordia abnegada de todos los jefes que con su falta de advenimiento pudiesen debilitar la guerra...
Para la guerra democrática y juiciosa de la independencia fue creado el Partido Revolucionario y no se desviará de su objeto, que es hacer con democracia y con juicio la guerra de independencia”.
Es interesante el análisis de lo expresado por Martí al señalar que el partido tiene varias raíces pero unanimidad en el deseo de independencia; unanimidad implica un mismo interés de ahí que sea única la organización que lo personifica, con propósitos y métodos acordes a la situación actual del país; un país sojuzgado por una gran potencia, contra la que se prepara una guerra independentista, cuyos preparativos son de conocimiento de otra gran potencia cuyos propósitos son los de desplazar a la anterior e impedir que el país logre su independencia; una situación compleja que requería una forma muy característica de organización.
Importante lo planteado sobre la necesidad de la concordia abnegada de todos los jefes que con su falta de advenimiento pudieran debilitar la guerra. Aquí se pone de manifiesto la necesidad de la unidad que se obtiene con el partido único, para no debilitar las fuerzas que tiene que enfrentarse al enemigo. Nada más actual que la lucha que libra día a día nuestro pueblo contra " el Norte revuelto y brutal que los desprecia ", para convalidar esta idea; lucha que se realiza bajo la dirección del Partido Comunista de Cuba, que tuvo también varias raíces cuando se unificaron el Partido Socialista Popular, el Directorio Revolucionario 13 de Marzo y el Movimiento 26 de Julio con el único objetivo de llevar adelante la total liberación de nuestra patria.
Martí, debido al tiempo que vivió en los Estados Unidos conocía perfectamente la "democracia norteamericana" y el famoso sistema bipartidista, sobre el cual también expresó sus criterios cuando planteo:
“Y más que todo, obra activamente, en proporciones amenazantes para los dos partidos desacreditados, ese espíritu de reforma, sano y súbito como viento de tormenta, que en los Estados Unidos ocurre periódicamente en cada época crítica, como primavera de libertad, producto de ella, y válvula de la República...
Está, pues, la política de los Estados Unidos distribuida entre dos partidos gastados, descompuestos en bandos sostenidos por celos personales y diferencia de ideas..."
La actualidad del pensamiento martiano se pone de manifiesto en estas ideas que reflejan la situación en aquella época, pero que puede trasladarse a nuestros días donde los dos principales partidos políticos de los Estados Unidos se encuentran desacreditados, en especial sus principales figuras, que han sido cuestionadas públicamente y cuyos escándalos y violaciones de las leyes con frecuencia son de conocimiento público. Esto puede explicar la indiferencia que los norteamericanos sienten por la necesidad de elegir a sus gobernantes, con elecciones a las cuales concurre prácticamente el cincuenta por ciento de los votantes y los aspirantes a ser elegidos gastan millones de dólares en desacreditarse mutuamente y en tratar de alcanzar cargos que les permitan manejar los presupuestos de la nación en su beneficio personal.
Sobre esto último escribía Martí:
"... que el hombre que más duramente trabaja en ella viene a ser reducido a una condición en que no tiene todo el alimento que necesita, ni lo tiene seguro, ni puede criar en honradez la familia que la naturaleza le permite engendrar, ni goza de la libertad y reposo necesarios para impedir que su espíritu, en vez de cumplir la ley universal de aumento y elevación, baje a los lindes mismos de apetito e instinto de la bestia... Los salarios no alcanzan a las necesidades. Aumenta la renta y el precio de los artículos de vida. El desarrollo de los grandes inventos sólo aprovecha a las corporaciones que los explotan... ".
Con esta situación, existente a finales del siglo pasado, el trabajador norteamericano no estaba muy interesado en intervenir en los problemas políticos de dicha nación, pues no encontraba en los gobernantes la defensa de sus intereses, sino a defensores de las grandes corporaciones. En la actualidad el elector norteamericano demuestra su indiferencia hacia el proceso electoral con la no concurrencia al mismo, pues considera que los resultados de las elecciones no significarán un cambio radical para él y que las grandes corporaciones continuarán acumulando riquezas a costa de su trabajo.
Martí, con su acertada visión, alertó a los pueblos de América Latina sobre el peligro que representaba la alianza económica con los Estados Unidos y lo que realmente podían esperar de estos convenios; sobre esto escribió:
"...los Estados Unido potentes, repletos de productos invendibles, y determinados a extender sus dominios en América, hacen a las naciones americanas de menos poder, ligadas por el comercio libre y útil con los pueblos europeos, para ajustar una liga contra Europa, y cerrar tratos con el resto del mundo. De la tiranía de España supo salvarse la América española; y ahora, después de ver con ojos judiciales los antecedentes, causas y factores del convite, urge decir, porque es la verdad, que ha llegado para la América española la hora de declarar su segunda independencia......
... ¿A qué ir de aliados, en lo mejor de la juventud, en la batalla que los Estados Unidos se preparan a librar con el resto del mundo? ¿Por qué han de pelear sobre las repúblicas de América sus batallas con Europa, y ensayar en pueblos libres su sistema de colonización? ¿Por qué tan deseosos de entrar en la casa ajena, mientras los que quieren echar de ella se les están entrando en la propia? ¿Por qué ajustar en la sala del congreso proyectos de reciprocidad, el de México, ajustado entre los dos gobiernos con ventajas mutuas, espera en vano de años atrás la sanción del congreso, porque se oponen a él, con detrimento del interés general de la nación, los intereses especiales heridos en el tratado?".
En estas frases del maestro podemos reconocer varios de los problemas actuales que enfrentan los países de América en cuanto a sus relaciones económicas con los Estados Unidos. El establecimiento del Tratado de Libre Comercio con algunos países de nuestra región representa una atadura económica a Norteamérica que pone condiciones y trata de eliminar todo comercio con otras regiones del mundo y en especial con Europa.
Los cuestionamientos sobre la conveniencia de aliarse con los Estados Unidos es esta batalla económica, van acompañados con la clara exposición de los peligros que actualmente se ponen de manifiesto para nuestros pueblos como consecuencia de la globalización, que se trata de promover como algo inevitable pero que en esencia no es mas que un ensayo de un nuevo sistema de colonización, como bien se señala; el capitalismo monopolista transnacional de hoy, donde confluye el mundo económico; una integración neoliberal bajo la dirección de la oligarquía financiera transnacional, y en especial de los dos instrumentos de la globalización utilizados por la nación norteña para sojuzgar los pueblos, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el ALCA.
Sobre las pretensiones de los Estados Unidos de establecer un sistema de dominación económica que abarque a los pueblos de América y la visión que estos tenían en relación con dichas naciones, agregaba posteriormente:
“Creen en la necesidad, en el derecho bárbaro, como único derecho: “esto será nuestro, porque lo necesitamos”. Creen en la superioridad incontrastable de “la raza anglosajona contra la raza latina”. Creen en la bajeza de la raza negra que esclavizaron ayer y vejan hoy, y de la india, que exterminan. Creen que los pueblos de Hispanoamérica están formados, principalmente, de indios y de negros. Mientras no sepan más de Hispanoamérica los Estados Unidos y la respeten más, -como con la explotación incesante, urgente, múltiple, sagaz, de nuestros elementos y recursos, podrían llegar a respetarla- ¿pueden los Estados Unidos convidar a Hispanoamérica a una unión sincera y útil para Hispanoamérica? ¿Conviene a Hispanoamérica la unión política y económica con los Estados Unidos?
Quien dice unión económica dice unión política. El pueblo que compra, manda. El pueblo que vende, sirve. Hay que equilibrar el comercio, para asegurar la libertad.”
Si queremos determinar la actualidad o no de lo planteado por Martí en este artículo, solamente tenemos que leerlo detenidamente pues la claridad de sus planteamientos no deja lugar a dudas de que lo planteado en 1891 se mantiene totalmente inalterable después de 107 años.
Sigue siendo el derecho bárbaro el que trata de imponer los Estados Unidos; en su pensamiento y forma de actuar prepotente reflejan un total desprecio por todo aquel que no sea anglosajón y miden a los hombres no por su inteligencia o su cultura, sino por su origen y color de la piel; mantienen a los pueblos de América sumidos en una denigrante explotación, los utilizan como vertedero de sus desechos tóxicos, como zona industrial para empresas de alto riesgo para la vida de los trabajadores y el medio ambiente, como fuente en proceso de extinción de recursos naturales obtenidos a bajo precio; juegan con las economías de los países de forma tal que las crisis financieras tengan sus mayores consecuencias en lugares lejanos a Wall Street, sin importarles sumir en la miseria a millones de personas; proponen tratados y convenios orientados a incrementar su poder político y económico, donde se perfecciona e incrementa la explotación y el intercambio desigual con otros países, aunque los presentan como de conveniencia mutua y de ayuda al desarrollo de las naciones del tercer mundo.
Utilizan el chantaje como un arma de su política exterior; corrompen los gobiernos de otras naciones con dinero y prebendas; utilizan el arma del bloqueo de forma criminal para penalizar a las naciones que mantienen una actitud decorosa e independiente; intervienen en la política interna de los países para garantizar que las fuerzas de izquierda e inclusive las de corte proteccionista no puedan tomar el poder; desarrollan hipócritas campañas sobre supuestas violaciones de los Derechos Humanos cuando sus más cercanos aliados se han mantenido en el poder en base a masacrar a sus pueblos y negarles los más elementales derechos de subsistencia; no vacilan en utilizar su poderío militar contra países que no representan peligro alguno para la Seguridad Nacional de los Estados Unidos, hacen esto como demostración de fuerza, impunidad y castigo para aquellos que han osado revelarse a sus designios. Es sorprendente la visión de futuro del pensamiento martiano.
Uno de los escritos más conocidos de José Martí, el que tituló “Nuestra América”, requiere un estudio especial, profundo y merecería la pena incluirlo íntegro en este análisis; no obstante, he seleccionado algunas de las ideas reflejadas en el mismo que considero son suficientes para que todos sientan la necesidad de adentrarse por sí mismos en el estudio de dicho material. Las ideas seleccionadas son las siguientes:
“... Lo que quede de aldea en América ha de despertar. Estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo a la cabeza, sino con las armas de almohada, como los varones de Juan de Castellanos: las armas del juicio, que vencen a las otras. Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra.
“... ¡los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas! Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata de las raíces de los Andes.
“A los sietemesinos sólo les faltará el valor. Los que no tienen fe en su tierra son hombres de siete meses. Porque les falta el valor a ellos, se lo niegan a los demás... Hay que cargar los barcos de esos insectos dañinos que le roen el hueso a la Patria que los nutre. Si son parisienses o madrileños, vayan al Prado, de faroles, o vayan a Tortoni, de sorbetes. ¡Esos hijos de carpintero, que se avergüenzan de que su padre sea carpintero!... Pues, ¿quién es el hombre? ¿el que se queda con la madre, a curarle la enfermedad, o el que la pone a trabajar donde no la vean, y vive de su sustento en las tierras podridas, con el gusano de corbata, maldiciendo el seno que lo cargó, paseando el letrero de traidor a la espalda de la casaca de pape? ¡Estos hijos de nuestra América, que ha de salvarse con sus indios, y va de menos a más, estos desertores que piden fusil en los ejércitos de la América del Norte, que ahoga en sangre a sus indios y va de más a menos”...
“Con los oprimidos había que hacer causa común, para afianzar el sistema opuesto a los intereses y hábitos de mando de los opresores... El genio hubiera estado en hermanar, con la caridad del corazón y con el atrevimiento de los fundadores, la vincha y la toga, en desestancar al indio, en ir haciendo lado al negro suficiente; en ajustar la libertad al cuerpo de los que se alzaron y vencieron por ella.”
El despertar de América pedía Martí; algo que todavía es necesario para que los pueblos americanos ocupen el lugar que les corresponde y el interés de cada nación esté por encima del interés de la potencia del Norte. Este despertar implica también el pensar con idea propia, alejados de la influencia ideológica de sus opresores y fortaleciendo las tradiciones de independencia y libertad que formaron los más puros ideales de los próceres de nuestras luchas libertarias, para construir con ellos las trincheras de ideas que necesitamos para seguir adelante enfrentando al enemigo de los pueblos latinoamericanos con la Batalla de Ideas.
La unidad latinoamericana era entonces imprescindible para que el gigante de las siete leguas no pudiera seguir avanzando y con su apetito insaciable continuara devorando territorios que los hacía suyos; en nuestra época el gigante de las siete leguas no devora territorios, los sojuzga y devora sus economías, controla sus relaciones comerciales, explota su mano de obra barata y se apodera de sus reservas de recursos minerales. Aún es necesario cerrarle el pase y que los países se unan para crear una barrera infranqueable al gigante del Norte en el campo económico y comercial.
Ayer como hoy, nuestros países continúan sufriendo a los sietemesinos, faltos de valor y listos a entregarse al amor del Norte para ganar beneficios personales; los que prefieren ser sirvientes de los potentes vecinos a vivir con decoro, aunque esto implique sufrir necesidades. Martí planteaba cargar los barcos con estos insectos dañinos, cuyo destino sería París o Madrid; el destino de los insectos dañinos ahora es más cercano, Miami simboliza el máximo de sus aspiraciones y el lugar al que se dirigen los barcos en nuestros días.
Las “tierras podridas, con el gusano de corbata”, como escribía él, es una clara referencia a los Estados Unidos, donde el sietemesinos se pasea con “el letrero de traidor en la espalda”. Nada más actual para describir a batistianos y explotadores, que marcharon después del triunfo de la Revolución hacia las tierras podridas, donde el gusano no estaba precisamente en la corbata, pero llevaba también el letrero de traidor a sus espaldas y el odio hacia Revolución profundamente entronizado en su corazón, pues no conciben la eliminación de las desigualdades, de la discriminación racial, de la explotación, del crimen, del latrocinio, del servilismo con el vecino del norte y que la dignidad y la independencia sean las banderas que se enarbolen en nuestra Patria.
Los desertores de aquella época, según plantea Martí, pedían el fusil en los ejércitos de América del Norte para lugar contra los indios. Este pensamiento tiene completa aplicación en nuestros días, donde los desertores no están solamente en los ejércitos de América del Norte, como los que pelearon en Santo Domingo, Granada y Panamá; otros desertores han sido entrenados, armados y financiados para tratar de derrocar gobiernos latinoamericanos, como los que pelearon en Guatemala, Playa Girón y Nicaragua. Aún quedan otros que merecen ser llamados desertores, pues en esencia lo son, pues sus fusiles provienen de los ejércitos de América del Norte, donde por lo regular se preparan para después reprimir en los países de América a las fuerzas que luchan por la independencia nacional.
La última idea expuesta de lo escrito por Martí ratifica nuevamente la actualidad de su pensamiento y la visión de futuro de su ideario político. Llamaba él a la causa común de los oprimidos para fortalecer la oposición a los intereses de los opresores, algo que refleja una real necesidad de las naciones que actualmente conforman la comunidad latinoamericana y sobre lo cual se realizan esfuerzos que Cuba trata de consolidar.
“Ajustar la libertad al cuerpo de los que se alzaron y vencieron por ella”, además de “desestancar al indio” e “ir haciendo lado al negro” eran ideas de Martí que se materializan con el triunfo de la Revolución Cubana, donde el campesino ocupa el lugar del indio y sale del estancamiento en que el régimen anterior lo tenía sumido; el negro ocupa un lugar en la sociedad similar a cualquier otro ciudadano; la mujer adquiere similares derechos que los hombres y las leyes y el estado se organizan en función de la defensa de los derechos de las clases desposeídas, no para defender a los explotadores, la libertad se ajusta al cuerpo de los intereses del pueblo que luchó por ella.
Como señalamos al inicio de este trabajo, Martí conoció ampliamente los Estados Unidos, de ahí que la descripción que realiza de dicho país nos permite verlo profundamente, con una óptica real y objetiva, como lo planteado en su escrito “La verdad sobre los Estados Unidos” del que seleccionamos lo siguiente:
“... Es de supina ignorancia, y de ligereza infantil y punible, hablar de los Estados Unidos y de las conquistas reales o aparentes de una comarca suya o grupo de ellas, como de una nación total e igual, de libertad unánime y de conquistas definitivas: semejantes Estados Unidos son una ilusión o una superchería... Pero no augura, sino certifica, el que observa cómo en los Estados Unidos, en vez de apretarse las causas de unión, se aflojan; en vez de resolverse los problemas de la humanidad, se reproducen; en vez de amalgamarse en la política nacional las localidades, la dividen y la enconan; en vez de robustecerse la democracia y salvarse del odio y miseria de las monarquías, se corrompe y aminora la democracia, y renacen, amenazantes, el odio y la miseria. Y no cumple con su deber quien lo calla, sino quien lo dice...
... Monstruos se crean así, y no pueblos: hay que vivir de sí y sudar la calentura. En otros la yankimanía es inocente fruto de uno u otro saltito de placer, como quien juzga de las entrañas de una casa, y de las almas que en ruegan o fallecen, por la sonrisa y lujo del salón de recibir, o por la champaña y el clavel de la mesa del convite...”
No han cambiado en nada los Estados Unidos; porque no ha cambiado su sistema social, ni sus intereses económicos y políticos desde la época de Martí a la nuestra; tampoco ha cambiado que algunos hablen de esa nación como la cuna de la libertad y de la igualdad, lo que Martí califica primero de ignorancia y ligereza infantil, para terminar calificándolo de ilusión y superchería. Nada pudiera agregarse a tan acertado juicio del Maestro.
Es totalmente cierto y actual, que la nación norteamericana cada día contribuye más a que los problemas de la humanidad en vez de resolverse se multipliquen y agudicen; un buen ejemplo de esto lo tenemos en el número de guerras locales y conflictos internos en que los Estados Unidos están involucrados, no con el propósito de resolverlos, sino con el de garantizar que las fuerzas cercanas a sus posiciones sean las que lleven la mejor parte. Y se benefician sus intereses económicos, la injustificada guerra contra el pueblo de Irak es un buen ejemplo de esto. También pudiera señalarse como ejemplo la posición asumida por Estados Unidos en relación con los problemas del medio ambiente y el Protocolo de Kyoto.
Los intereses particulares de los distintos grupos de poder promueven el conflicto interno entre la política que pudiera beneficiar a las grandes masas del país y la promulgación de leyes que garantizan el mantenimiento de los privilegios de la oligarquía financiera y los grandes consorcios industriales y comerciales, lo que provoca que cada día esos grupos se alejen más unos de otros. En nuestros días la democracia norteamericana pasa por un profundo período de crisis, donde en vez de robustecerse, se corrompe y aminora como decía Martí; cada elección cuenta con un número menor de votantes, pues existe una total apatía en la mayoría de la población en cuanto a manifestar su opinión mediante al sufragio, ya que los políticos que son elegidos no defienden los intereses de las grandes masas y son manejados por las corporaciones que entregan cuantiosas sumas de dinero para las campañas electorales. En cada elección los elegidos representan a un número menor de votantes, la democracia se deteriora y renace el odio al sistema y la miseria de aquellos que no ven solucionadas sus necesidades sino olvidadas y en muchos casos incrementadas.
La yankimanía a que hacía referencia Martí sigue manifestándose en nuestros días, con la misma ligereza, falta de objetividad y de conocimiento sobre lo que realmente representan y son los Estados Unidos. Por lo que dicen los yankimaniacos, con sólo llegar a ese país se abren las puertas de la fortuna, la abundancia y el bienestar económico, lo cual en la mayoría de los casos no es más que el subterfugio utilizado para tratar de ocultar el fracaso sufrido en las tierras del norte, así como las penurias y sacrificios realizados para poder vivir decorosamente en un país donde más de 23 millones de personas viven por debajo del nivel de vida mínimo; donde sus hijos no pueden ir a las mejores escuelas, reservadas para los hijos de la clase dominante, y están expuestos al alto nivel de crimen y drogadicción de la escuela pública; donde asistir a la Universidad cuesta miles de dólares anuales y no todos pueden pagarlo; donde la asistencia médica no es gratuita y el yankimaniaco, como extranjero en dicho país, es un ciudadano de segunda por no ser sajón, sino latino; tener la piel morena y en el peor de los casos no hablar inglés.
Pudiéramos hacer este ejercicio tan extenso como la propia obra de nuestro Héroe Nacional y se repetiría en innumerables oportunidades la coincidencia de su pensamiento con la problemática actual de nuestra Revolución y con situaciones en el campo internacional y en especial en relación con los Estados Unidos; sin embargo es cierto que el pensamiento martiano fue evolucionando y no le dio el mismo tratamiento a un asunto en sus primeros años como revolucionario que en sus últimos y algunos pudieran argumentar que las ideas seleccionadas en nuestra investigación no corresponden con la etapa en que su doctrina ha madurado, sino a una intención de carácter político por parte del investigador.
Nadie mejor que el propio Martí para esclarecer este punto; su último escrito, fechado el 18 de mayo de 1895, dirigido a su entrañable amigo Manuel Mercado, refleja lo más profundo y consolidado de su pensamiento político; esta carta inconclusa, que el deber y la muerte no le permitieron terminar, refleja toda la estrategia de la lucha independentista; el por qué de la guerra necesaria y precisamente por qué no podía tardar más el inicio de la lucha, pues los peligros eran muchos y los intereses mayores que los peligros de que Cuba cayera en manos de los poderosos vecinos norteños. De la misma tomamos algunas ideas.
“... –puesto que lo entiendo y tengo ánimos con qué realizarlo- de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso. En silencio ha tenido que ser ...
“Las mismas obligaciones menores y públicas de los pueblos –como ese de Ud. y mío-, más vitalmente interesados en impedir que en Cuba se abra, por la anexión de los imperialistas de allá y los españoles, el camino que se ha de cegar, y con nuestra sangre estamos cegando, de la anexión de los pueblos de nuestra América, al Norte revuelto y brutal que los desprecia...
“Viví en el monstruo, y le conozco las entrañas: -y mi honda es la de David.
“... ha venido a su hora en América, para evitar, aún contra el empleo franco de todas esas fuerzas, la anexión de Cuba a los Estados Unidos ...”
Es sorprendente la forma en que José Martí analizó los problemas de nuestra Patria y a la hora de proyectar sus ideas sobre esto lo hizo de una forma tan precisa y clara que logró mantener vigente hasta nuestros días las ideas que preconizó.
Un vivo ejemplo de esto lo tenemos en el párrafo que a continuación exponemos:
“Desde la cuna soñó en estos dominios el pueblo del Norte, con el ‘nada sería conveniente’ de Jefferson; con ‘los trece gobiernos destinados’ de Adams; con ‘la visión profética’ de Clay... y cuando un pueblo rapaz de raíz criado en la esperanza y certidumbre de la posesión del continente, llega a serlo, con la espuela de los celos de Europa y de su ambición de pueblo universal, como la garantía indispensable de su poder futuro y el mercado obligatorio y único de la producción falsa que cree necesario mantener, y aumentar para que no decaigan su influjo y su fausto, urge ponerle cuantos frenos se puedan fraguar, con el pudor de las ideas, el aumento rápido y hábil de los intereses opuestos, el ajuste franco y pronto de cuantos tengan la misma razón de temer y la declaración de la verdad”.
Aquí Martí nos habla de los sueños de dominio del pueblo del Norte, se refería a los Estados Unidos y califica a este pueblo de rapaz, criado en la esperanza y certidumbre de la posesión del continente, tal y como en estos días los Estados Unidos tratan de dominar política y económicamente a los pueblos de América.
Martí resalta en los Estados Unidos la ambición de pueblo universal, que traducido al lenguaje de nuestros días implica la política hegemónica y de gendarme internacional que desarrolla el gobierno norteamericano; cuando habla del mercado obligatorio podemos pensar que esto se ajusta también a la política que trata de imponer los Estados Unidos con los Tratados de Libre Comercio, además de eso el ALCA y terminando su pensamiento, cuando clama en ponerle cuantos frenos se puedan fraguar, nuestro Héroe Nacional haciendo gala de su visión de futuro y demostrando una vez más la actualidad de su pensamiento nos dice que para poner dichos frenos debe hacerse “con el pudor de las ideas” y aquí Martí nos señala el camino correcto que seguimos en estos momentos de darle el impulso y el valor que tiene a la Batalla de Ideas que estamos desarrollando.
El mejor intérprete de Martí y continuador de su obra, el Comandante en Jefe Fidel Castro, ha señalado al Héroe Nacional, primero como el autor intelectual del asalto al Cuartel Moncada y de ahí en adelante no solamente ha divulgado su pensamiento, sino que ha aplicado sus principios ajustándolos a las distintas situaciones enfrentadas por la Revolución. En su discurso del día 28 de septiembre de 1998, en la clausura del V Congreso de los Comités de Defensa de la Revolución, haciendo referencia a la política de Estados Unidos hacia Cuba, señaló:
“Les digo esto para demostrar cómo todo, todo, todo es contra Cuba, su vecino más próximo, la manzana madura que nunca cayó ni caerá de la mata y que ellos esperaban recoger, como dijeron hace mucho, mucho tiempo. Porque casi desde que se fundó ese país, sus primeros dirigentes políticos plantearon la cuestión de la ocupación de Cuba, estaba entre sus planes, nuestros antecesores lo impidieron y nosotros tenemos el deber de hacerlo imposible, hasta ahora lo hemos hecho y lo seguiremos haciendo. Pero todos los recursos de propaganda, todas las campañas, todas las maniobras, todas sus mentiras y su guerra ideológica se encaminan fundamentalmente hacia Cuba”.
No nos equivocamos al afirmar, que la vigencia del pensamiento de José Martí y la aplicación práctica de sus principios políticos son parte indisoluble de la Revolución Cubana.