jueves, 24 de junio de 2010

LA VINCULA CION DE ESTADOS UNIDOS CON BATISTA

LA VINCULACION DE ESTADOS UNIDOS CON BATISTA EN EL CAMPO MILITAR (1952 - 1958)

Por: Dr. Néstor García Iturbe
21 de junio del 2010

El Gobierno de Carlos Prío Socarras llegó a sus últimos días totalmente desprestigiado, el robo, el latrocinio, el abuso, la situación económica en que se encontraba Cuba era un peligro para Estados Unidos y sus intereses en el país.
A esto pudiera sumarse que la resistencia popular había impedido que el gobierno de Prío pudiera enviar un contingente de cubanos a la guerra de Corea, tal y como había solicitado Estados Unidos para reforzar sus tropas en el conflicto y sumar un país más a lo que ellos llamaban “Tropas de Naciones Unidas”. La no firma por parte de Prío del Tratado de Residencia y Navegación perjudicaba los intereses estadounidenses. El pronunciamiento del Congreso cubano a favor de la libertar del líder puertorriqueño Pedro Alvizu Campos, lo cual Prío fue incapaz de impedir, daba una clara visión de que no era precisamente el gobernante que necesitaba Estados Unidos en Cuba.

Ante la posibilidad que en las cercanas elecciones tomara el gobierno el Partido Ortodoxo, un partido de corte nacionalista, con intenciones de sanear la administración pública y dar algunas mejoras a la población, se decidió por parte de Estados Unidos organizar un golpe de estado, para el que seleccionaron como dirigente a su principal peón en Cuba, Fulgencio Batista y Zaldivar, el que de otra forma no hubiera podido nunca llegar a la presidencia.

Los representantes de Estados Unidos se entrevistaron con Prío, le comunicaron lo que sucedería y le aseguraron que él, su familia y otros miembros de su gobierno, podía ir a vivir a Estados Unidos con todos los millones que se había robado. En ningún momento serían molestados ni se aceptaría proceso judicial alguno contra ellos ni sus bienes y propiedades.
Después de eso Prío quedó esperando la “sorpresa” y cuando se originó el golpe de estado se marcho del país tranquilamente, sin hacer resistencia para defender la Constitución, las leyes y la decisión del pueblo que lo había elegido como su presidente. Esto explica su no respuesta ni apoyo a los que en aquel momento se ofrecieron para luchar contra el artero golpe.
La llegada de Batista al poder fue aprovechada por distintas agencias de Estados Unidos para fortalecer su presencia en Cuba, lo que implicó una mayor represión contra el movimiento obrero, los estudiantes, los partidos de corte nacionalista y sobre todo el Partido Socialista Popular, de ideología comunista.
El primer objetivo contra el que trabajaron las agencias estadounidenses fue el Partido Socialista Popular, sus líderes, membrecía y órganos de prensa. El 15 de agosto del propio año, el Consejo Consultivo, que había sustituido al Congreso, aprobó la creación del Comité Investigador de las Actividades Comunistas (CIAC) al que el Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos, conocido como FBI, brindó apoyo logístico, financiero, preparación y asesoramiento por medio de varios oficiales que fueron designado para trabar en coordinación con los dirigentes del CIAC. Este fue el embrión de lo que más tarde fue el Buró de Represión de Actividades Comunistas (BRAC).
Dentro de las misiones asignadas a CIAC estaba el reclutar miembros del PSP, con el fin de poder tener un buen caudal de información sobre las actividades que realizaban y eventualmente golpear la organización al capturar algunos dirigentes.
La actividad represiva contra los otros partidos políticos existentes en aquellos días se fue recrudeciendo en la medida que estos tomaban posturas más radicales de enfrentamiento al régimen de Batista, lo que por lo regular hacían solamente un grupo de sus miembros, mientras otros buscaban una solución política en la que pudieran regresar a sus cargos o a otros en el Congreso y distintos niveles provinciales y municipales.
Mientras el régimen de Batista y sus amos yanquis trataban de mostrar un clima de cierta normalidad política, desataban la más cruenta represión contra estudiantes, obreros, campesinos y algunos profesionales que con frecuencia originaban protestas contra la situación existente, conspiraban, declaraban huelgas y realizaban algunas acciones armadas.
En aquellos momentos otra agencia que fortaleció su presencia fue el Pentágono. Las fuerzas armadas de Estados Unidos ya estaban presentes en Cuba antes de que Batista asaltara el poder, principalmente los asesores militares y agregados jugaron un importante papel en la organización del Golpe de Estado.
En los meses posteriores, aumentó el número de asesores, se autorizó incrementar la ayuda en armamentos y la preparación, tanto en Cuba como en escuelas existentes en Panamá y en territorio estadounidense. La contra inteligencia militar tuvo un incremento poco significativo, pues se consideraba que Batista contaba con el apoyo de la mayoría de los militares, sin embargo el Servicio de Inteligencia Militar conocido por SIM se desarrollo fuertemente, sobre todo después del ataque al Cuartel Moncada y aún mas posteriormente al desembarco del Granma.

En los primeros meses del golpe de estado, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) continuó trabajando con los mismos objetivos y personal existentes, pues se consideraba no existía necesidad de aumentar estos.
Este grave error lo rectificaron posteriormente, pues la resistencia del pueblo cubano a la tiranía de Batista se manifestó con múltiples conspiraciones, actos terroristas y el asalto al Cuartel Moncada, acción armada que fue totalmente una sorpresa para el régimen del 10 de marzo y sus asesores estadounidenses. Después de esta acción revolucionaria la CIA cambió la táctica, incrementó su personal y situó este no solamente en la Habana, sino también en los Consulados que Estados Unidos tenía en distintas ciudades de Cuba.
El objetivo de la CIA no era solamente neutralizar, también era golpear para poner en prisión a los revolucionarios.

Otro cuerpo represivo de Batista que se fortaleció gracias a la ayuda logística, en medios y financiera que le brindó Estados Unidos fue la Policía Nacional. Puede decirse que este fue el azote de las ciudades, el principal medio para enfrentar a la oposición. Los miembros de la Policía Nacional se destacaron por los asesinatos y torturas cometidas, por las violaciones de domicilio y por disolver las manifestaciones estudiantiles a tiros, palos y con el temible “bicho de buey”. Ninguno de estos crímenes fue castigado ni criticado por Estados Unidos como violaciones de los Derechos Humanos, a pesar de que eran de su conocimiento.
Lo que hemos planteado se confirma con hechos. El director del Buró Federal de Investigaciones (FBI), J. Edgar Hoover, recibió de manos de Guillermo Belt, en aquellos momentos embajador del régimen de Fulgencio Batista en Washington, la insignia que lo acredita como Jefe Honorario de la Policía Nacional Cubana por su colaboración con aquel órgano represivo.


La vigilancia y el control de los servicios de espionaje y contra espionaje de Estados Unidos no solamente se ejercieron en Cuba. Los grupos que se encontraban en el exilio y en especial en Estados Unidos eran frecuentemente hostigados, se les interrogaba sobre sus acciones, se intervenía su correspondencia y llamadas telefónicas y la información que obtenían sobre sus actividades en muchos casos se trasladaba al gobierno de Batista para que realizara sus fechorías.

El objetivo de los servicios especiales norteamericanos era que la lucha en la Sierra no se fortaleciera para que fuera más fácil a Batista acabar con ella. Un buen número de expediciones que venían hacia Cuba con hombres y armas fueron capturadas por las propias autoridades estadounidenses antes de llegar, una ellas fue la del barco Orión, capturado en Texas, con más de cien hombres y un importante armamento. Como parte de ese esfuerzo puede señalarse la ocupación de una pequeña fábrica de armas que funcionaba en Los Ángeles.

Todas estas acciones eran resultado del reclutamiento e infiltración de agentes dentro de los grupos revolucionarios que operaban en el exilio, lo que después realizaron también dentro de las organizaciones que estaban luchando en Cuba, tanto en la clandestinidad como en las montañas.
Aunque en algunos momentos se analizó por parte del gobierno de Estados Unidos el suspender el envío de armas al gobierno de Batista, eso nunca llegó a concretarse, el mejor ejemplo de ello, además de las bombas “made in USA” que diariamente eran lanzadas contra los rebeldes en las montañas y el llano, lo fue también el tren blindado que las tropas del Che descarrilaron en Santa Clara, pues el mismo contenía una gran cantidad de armamento que había entregado el gobierno estadounidense para que el ejército de Batista pudiera continuar su lucha.

El personal de las fuerzas armadas de Estados Unidos destacado en la Base Naval de Guantánamo fue blanco de algunas acciones de los revolucionarios que pudieran calificarse de advertencias, pues en ningún caso se reportaron heridos en las mismas, me refiero a la detención de algunos de ellos y el corte de suministro del agua a la Base, todo lo cual se solucionó de forma tal que se viera como un gesto de buena voluntad de los rebeldes hacia Estados Unidos.

El 31 de diciembre de 1958 se efectuó una reunión en Washington para analizar que debía hacerse en Cuba. Asistieron a dicha reunión representantes del Departamento de Estado, Defensa, la CIA, el FBI y del presidente Eisenhower. El propósito de la reunión era evaluar la forma de derrotar políticamente a Fidel Castro y sus seguidores, incluyendo en esto si era necesario que la OEA interviniera militarmente, de acuerdo con lo establecido en el Tratado de Rio.
Todo aquello fue inoperante por la derrota y fuga de Batista. Estados Unidos trató de que una “Junta Cívica Militar “ tomara el poder, pero ya era tarde, el pueblo había tomado el poder.

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