jueves, 24 de junio de 2010

UNA VERIFICACION OPORTUNA

UNA VERIFICACIÓN OPORTUNA
Por: Dr. Néstor García Iturbe
23 DE JULIO DEL 2010.

Sobre el artículo publicado el día 21 de junio, titulado “LA VINCULACION DE ESTADOS UNIDOS CON BATISTA EN EL CAMPO MILITAR (1952 - 1958)” quisiera trasladarles un elemento aportado en el día de hoy por el compañero Oscar Romero, funcionario de la Editorial Ciencias Sociales.
Estando en la editorial, indagando por la situación en que se encuentran los trabajos del próximo libro que publicaré, titulado ¿Quién es quién en la CIA? (un poco de publicidad no viene mal), Romero realizó varios comentarios sobre el artículo y finalmente me trasladó un testimonio considero de gran importancia.
Durante el verano del año 2004 estaba Romero con su familia en la Playa La Altura, situada en la costa norte de la Provincia de Pinar del Río, a pocos kilómetros de Bahía Honda. Dicha playa es un pequeño paraíso de arenas blancas y aguas cristalinas, donde antes del triunfo de la revolución tenía su casa de descanso el que fuera presidente de la república mediatizada, Carlos Prío Socarras.
Cuando Romero salió del agua y se dirigía a su cabaña conversó con un pescador de la zona, de aproximadamente ochenta años, que sentado en el espigón ofrecía su mercancía. El intercambio inicial entre ambos se refirió al precio del pescado que el viejo ofrecía y a Romero le interesaba.
Superada aquella parte y satisfechos los dos por la transacción lograda, la conversación fue derivando hacia otros problemas, principalmente por la curiosidad de Romero sobre el lugar, sus antecedentes y sobre el propio pescador.
Aquel hombre que prácticamente había vivido toda su vida en la playa La Altura describió las costumbres de la familia Prío cuando visitaban la misma y entonces dijo lo más interesante de todo.
Una tarde, dos días antes del golpe de estado del 10 de Marzo, estaba pescando en el propio espigón donde ahora conversaban. Eran aproximadamente las cuatro de la tarde cuando se acercó un yate de medianas proporciones. Después que el yate atracó se bajó de este Fulgencio Batista y Zaldívar, que de inmediato se dirigió a la casa de Prío, donde permaneció un poco más de tres horas, después de lo cual volvió a montarse en el Yate y partió del lugar.
Como diría nuestro amigo Reinaldo Taladrid, saque usted sus propias conclusiones sobre lo que pudieron hablar Batista y Prío dos días antes de que se realizara el golpe de estado. ¿Le traería las últimas orientaciones y seguridades de parte del gobierno de Estados Unidos?

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